Alergia Leche: Muchos cambios

Estoy de vuelta. He estado mucho tiempo sin escribir en el blog pero, pese a lo que pueda parecer, no he dejado de pensar en la alergia de mi hijo a las proteínas de leche de vaca.
Ha habido muchos cambios y todos a mejor.

A continuación, os contaré lo que me ha ocurrido, pero tened presente que sólo soy una madre, sin conocimiento médico alguno. Siempre debeis seguir el consejo de vuestro médico.

Todo empezó cuando recibimos por correo los resultados de la última revisión de la alergia. Ya os comenté que en nuestro hospital (público) siguen ese procedimiento: no hay cita con el médico para que te explique los resultados, te lo ponen por escrito junto con el tratamiento y la nueva cita de revisión.
Para ellos será muy práctico y evitará tiempo, pero para un padre es desolador. Encontré la carta en el buzón y la abrí palpitándome el corazón.
Resultado: Continuaba con diagnóstico de alergia a la leche y con tratamiento de exención de lácteos y derivados. Próxima consulta en 6 meses.
Los datos del análisis sanguíneo (CAP) eran los mismos que desde hacía dos años: Leche de vaca clase 2 (positivo) y proteína BSA clase 1 (débil positivo). En cuanto a ALA, BLG y caseina negativo.

Con estos resultados, hace dos años le hicieron una provocación superada (aunque reapareció la alergia a la semana posiblemente por no seguir una ingestión adecuada de leche).
Pues llevo dos años con los mismos resultados y no le han hecho ninguna provocación más.

Nunca creí en el instinto, pero desde que tengo un hijo alérgico empiezo a pensar que el instinto de una madre es algo único e irremplazable.
Mi instinto me llevó a descubrir la alergia de mi hijo y ahora, me ha conducido a una situación nueva.
Me planté frente a mi marido y le dije: "Esto no puede continuar así, con esta pasividad. Cuanto más tiempo pasa, más complicado es que se cure. Tenemos que ser proactivos, no pasivos".
Por supuesto mi marido me acusó de creer saber más que los médicos. Mi hijo se trata en un hospital público español de renombre internacional, por lo que su tratamiento para la alergia tiene un respaldo médico total.
Pero algo me decía que no íbamos por el buen camino: ¿podía ser el retraso en la realización de otra provocación una causa de los recortes en el sistema sanitario por la crisis económica que estamos sufriendo?.

Un día lo ví claro, no podía seguir esperando y fuimos a una clínica privada de reconocido prestigio en alergias.
Mi opinión sobre la medicina privada no es buena. Se rigen por criterios económicos y conozco varios casos de problemas médicos por falta de medios frente a un hospital público.
Sin embargo fuimos. Nos pidieron realizar las pruebas de alergia nuevamente (cutáneas y sanguíneas) y, sin indicar nosotros nada, nos aconsejaron acometer una nueva provocación de ingestión de leche.

A la semana estábamos en un hospital privado realizando una provocación que sólo duraría un día. Todo fue perfecto. Al acabar la mañana nos mandaron a casa con diagnóstico de alergia a las proteínas de leche superada. El coste total del procedimiento sin seguro privado en torno a los 200 euros.

Sólo ha pasado una semana de aquello y, después de mi experiencia hace dos años (provocación superada y posteriormente reaparición de alergia), no creeré que lo hemos superado hasta que no pase un tiempo prudencial.

En todo caso, desde entonces cada día mi hijo consume dos vasos de leche y creo que es el comienzo de una hermosa nueva etapa, para él y para todos nosotros. Vislumbrar el fin de este tortuoso camino me llena de felicidad.

Actualización: Como sois muchos los que me habéis preguntado el nombre de la clínica privada, os lo comento. No lo hice antes para que no pareciese que hacía publicidad o condicionaros de alguna forma. Se trata de la Clínica Ojeda en Madrid.

Foto | AJ Ashton
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